Se cumplieron todos los presagios y el Sporting de Gijón certificó su presencia, una temporada más, en Primera División, tras vencer, 2-1, al Racing de Santander en El Molinón. El encuentro cumplió con las expectativas a pesar de que los cántabros, casi sin querer, en el único disparo a puerta que hicieron en todo el partido, se adelantaron en el marcador.
El denominado "Pacto de Llanes" fue una realidad y el Racing, de manera cortés, le devolvió la ayuda de la temporada pasada a los asturianos, por lo que el año que viene ambos conjuntos empezarán de cero en esta cadena de favores.
El encuentro comenzó como se esperaba, con el Sporting buscando el gol desde el primer minuto y el Racing, más relajado de lo normal, esperando atrás. Así fueron surgiendo las primeras ocasiones rojiblancas que, ante la pasividad de la defensa cántabra, se topaban una y otra vez con el guardameta del Racing, Mario Fernández, que cuajó una gran actuación personal.
Tras varias paradas de Mario y algún que otro tiro al palo sucedió algo totalmente inesperado, el Racing de Santander se adelantó en el marcador. Corría la media hora del encuentro cuando un centro de Pinillos cogió desprevenidos a los centrales del Sporting y Christian aprovechó el despiste para marcar con un toque sutil.
El gol fue tan imprevisto que los jugadores del Racing de Santander
casi ni lo celebraron ni fueron a felicitar a su compañero. Aún más sorprendidos estaba el puñado de aficionados cántabros que acudieron a El Molinón que, lejos de alegrarse, incluso se llevaban las manos a la cabeza, como captaron algunas cámaras de televisión.
El repentino gol del Racing hizo que el nerviosismo se instaurase momentáneamente en El Molinón, tanto en los jugadores, como, sobre todo, en la afición. Sin embargo, los dos equipos siguieron a lo suyo, el Sporting a buscar al gol y el Racing a estar en el campo. La calma llegó en el minuto 44 con el gol de Miguel de las Cuevas. Una vez más, la falta de tensión de la defensa cántabra permitió que Diego Castro recorriera todo el borde del área del Racing sorteando rivales y cediera el balón a De las Cuevas que, libre de marca, cruzó el balón y batió a Mario. Empate y todos contentos al vestuario.
Tras la reanudación el guión no cambió y el Sporting siguió buscando el gol de la victoria con insistencia, pero, en ocasiones Mario y, en otras, la mala suerte lo impidieron. Hasta que en el minuto 50, un centro desde la derecha fue, casualmente, mal despejado por Henrique y Novo, solo, fusiló a Mario. En ese momento, tras 17 tiros del Sporting y uno solo del Racing, se acabó el partido.Con el 2-1 prácticamente ya no hubo nada más en el partido. El Sporting se limitó a tocar el balón en el centro del campo ante la ausencia de presión de los cántabros y, de vez en cuando, lanzaba desde lejos para que Mario no se quedara frío. Mientras, en la grada se entretenían haciendo la ola y ovacionando a dos de los jugadores del Sporting que se despedían de su afición, Sastre y Diego Castro.
Con el pitido final, lo más destacable del encuentro fue que el Sporting logró la salvación. En cuanto al Racing, lo único positivo fue la actuación de Mario, que parece ser un recambio de garantías para Toño.
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