
El Chelsea no levanta cabeza. Su último tropiezo, el enésimo, ha sido no pasar del empate ante el Birmingham, equipo que milita en la First Division, la segunda inglesa. Ahora, los de Villas-Boas deberán jugar el replay de la quinta ronda de la FA Cup. Pero esta no parece la mayor de las preocupaciones de Villas-Boas, que, al igual que le pasó ayer al técnico del Inter, Ranieri, escuchó a la grada de Stamford Bridge cantar el nombre de José Mourinho. Además, los aficionados abuchearon algunos de los cambios realizados, como el del español Juan Mata.

El Chelsea siguió su guión de esta temporada. Incapaz de darle velocidad a la pelota, el Birmingham no tuvo problemas para cerrar todas las puertas de su área a los blues. Para colmo, el Chelsea jugó desde el minuto 20 con el marcador en contra. Entonces, el lateral escocés de los visitantes Murphy consiguió recoger un balón suelto en el área y batir a Cech. El Chelsea reaccionó, y en la siguiente jugada forzó un penalti que Mata falló. En ese momento, José Mourinho era recordado por los aficionados.
En la segunda mitad, Villas-Boas tiró de Dorgba, recién llegado de la Copa de África. El señalado por la derrota era Torres. El español dejaba su puesto al marfileño. El Chelsea empezó a apretar y en el minuto 61 Sturridge remató un impecable centro de Ivanovic. El empate hacía presagiar que el Chelsea iba a darle la vuelta al marcador, pero el Birmingham aguantó e incluso perdonó en la última jugada del partido, un disparo blando del delantero Redmond.
Inter de Milán

Minuto 86. Los aficionados abandonan en masa el Giuseppe Meazza de Milán. Julio César, portero del
Inter, mira al cielo, apoyado en un palo. Busca explicaciones. Su equipo
ha vuelto a perder en casa, esta vez ante el
Bolonia, que celebra con entusiasmo el gol de Aquafresca (jugador cedido por el propio Inter). El resultado:
0-3. Es el segundo partido que los interistas pierden de forma consecutiva en casa, el cuarto en los últimos cinco partidos tras una serie de siete partidos seguidos ganando. De esta forma,
el Inter se despide de la Serie A, pero ahora también ve peligrar su participación en Europa el próximo año. Para colmo, y preocupación de Claudio Ranieri, que está en el alambre, la grada de San Siro coreó reiteradamente el nombre de Mourinho. Su antigua afición quiere que vuelve. Cuantos antes, mejor.

El partido empezó frío y siguió esa línea de forma contínua. El Inter, de nuevo con Sneijder y Forlán pero sin Milito ni Ricky Álvarez, trataba de jugar y mover la pelota. Pero las ocasiones no llegaban. Todo el peligro que creaba el conjunto nerazzurro era a balón parado o por la bandas. Centros al área casi muertos, sin intención. Pero aun así, tuvieron alguna ocasión.
Maicon remató dos veces de cabeza. La primera la sacó Gillet a bocajarro, con alguna parte de su cuerpo; la segunda, se marchó rozando el palo. Hasta ahí llegó el Inter.

Entonces comenzó la conquista del Bolonia, agarrado al eterno
Di Vaio (35 años). En dos minutos, el exdelantero del Valencia la armó en Milán. Un gol después de driblar a
Nagatomo y batiendo por bajo a
Julio César y otro aprovechando un terrible error de
Ranocchia, que le controló el balón y dejó vendido a su portero. Era el minuto 38 de la primera mitad y el Bolonia ya estaba 0-2.
La segunda mitad siguió el mismo guión, pero con un Inter mucho más desesperado. Un quiero y no puedo. Los locales sólo llegaban a la meta de
Gillet con disparos lejanos, excepto una gran ocasión que
Forlán falló incomprensiblemente. Poco después, Ranocchia volvía a fallar, esta vez en el otro área y dejaba muerto al Inter, que veía como
Aquafresca sentenciaba a falta de cinco minutos. Nueva derrota, esta casi más dolorosa que la del pasado sábado ante el Novara, último clasificado de la Serie A.
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