
Aunque esta amarga sensación de desazón no es nueva para los ‘elefantes’, pues ya vieron como se les escapaba la final de la edición de 2006 de la Copa África ante Egipto. Lo irónico de todo esto es que Costa de Marfil ha completado un campeonato excelente. Se clasificó en la fase de grupos con 3 de 3 victorias y avanzó hasta la final sin siquiera encajar un solo gol en todo el torneo. Es más, ha perdido el torneo sin que nadie haya logrado enviar ningún balón al fondo de la red del conjunto de Costa de Marfil, ya que finalmente fue en la tanda de penaltis donde se decidió el vencedor final.

La primera mitad del partido se jugó a un ritmo muy alto e imponiendo un enorme esfuerzo por parte de todos los futbolistas, agraviado por la incesante lluvia presente durante el duelo. Zambia plantó una defensa impenetrable en la que se chocó una y otra vez Costa de Marfil, aunque la primera mala noticia del partido fue precisamente para Zambia. El defensa José Musonda se tuvo que retirar antes de tiempo del terreno de juego tras sufrir una grave lesión de rodilla. El jugador se marchó al vestuario entre lágrimas e incluso Drogba intentó consolar la triste melancolía del futbolista rival.

En la segunda mitad el rimto bajó notablemente, por lo el técnico de los ‘elefantes’, Francois Zahoui, dio entrada al delantero del Saint Etienne y ex del Leeds, Max Gradel, en sustitución de un Salomon Kalou que no salió del anonimato en todo el encuentro.

Siguieron pasando los minutos y Costa de Marfil se hacía cada vez más con el control del partido y de las oportunidades, pero gracias a la inquebrantable defensa, Zambia logró forzar la llegada de la fatídica y a veces injusta tanda de penaltis. Ahí fue donde se decidió todo y donde el nombre de Stophira Sunzu se acabó escribiendo en letras de oro en la historia futbolística de su país. Zambia era campeona de África.
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