La polémica de las apuestas salpica al Oviedo y al Sevilla. El entrenador del Valerenga noruego, Martin Andresen, apostó por la derrota del equipo hispalense frente al Oviedo en el año 2000. Su compañero y por aquel entonces portero sevillista, Frode Olsen, le informó de que su equipo se dejaría ganar para que el Betis bajara.
Era el año 2000, cuando a un Sevilla matemáticamente en Segunda División le tocaba medirse a un Oviedo que también luchaba por huir del descenso. Fue un encuentro sin aparente emoción ni entusiasmo. Sin embargo, ese encuentro guardaba algo más, ya que una victoria del conjunto azul -dirigido aquella temporada por Luis Aragonés- dejaba al gran rival sevillista, el Betis, sin opciones de salvarse. El partido lo ganó el Oviedo 2-3 y los verdiblancos se iban a Segunda.
Era el año 2000, cuando a un Sevilla matemáticamente en Segunda División le tocaba medirse a un Oviedo que también luchaba por huir del descenso. Fue un encuentro sin aparente emoción ni entusiasmo. Sin embargo, ese encuentro guardaba algo más, ya que una victoria del conjunto azul -dirigido aquella temporada por Luis Aragonés- dejaba al gran rival sevillista, el Betis, sin opciones de salvarse. El partido lo ganó el Oviedo 2-3 y los verdiblancos se iban a Segunda.
Competición decidió en su momento no abrir ningún expediente al carecer de pruebas fehacientes que demostraran que el equipo andaluz quiso perder ante el conjunto ovetense para enviar al Betis a la categoría de plata, pese a que en los días previos al encuentro algunos futbolistas afirmaron en sus ruedas de prensa que «haremos lo que nos pida la afición» y los hinchas sevillistas el cantaban durante el partido «Oviedo nos debes una».
Casualmente, sólo dos temporadas antes se repetía la polémica con los dos equipos sevillanos también como protagonistas. El Sevilla intentaba luchar por la permanencia en Primera. El partido Betis-Sporting desencadenó la irritación del bando sevillista, que al día siguiente consumaba su descenso a la categoría de plata, precisamente en Carlos Tartiere.
Los verdiblancos no se jugaban nada ante los sportinguistas, que al igual que el equipo que dirigía José Antonio Camacho estaban inmersos en la lucha por la permanencia en la categoría. Aquel encuentro terminó con el resultado de 0-1 a favor del Sporting y siempre existirá la duda de si el Betis lo perdió deliberadamente. Lo que está claro es que a la afición del Villamarín no le importó y celebró aquella derrota. Un año después la moneda cambió de cara y ahora le tocaba al Sevilla.
En la semana previa se podía intuir, no obstante, en las declaraciones de algunos jugadores sevillistas en los medios de comunicación lo que ese sábado iba a ocurrir.
«Llamé a Andresen»
Doce años después, ese encuentro vuelve a ser polémica. El entonces portero sevillista, Olsen, confesó que había llamado a un amigo, el actual entrenador del Valerenga, Martin Andresen, para avisarle de que apostara, ya que sabía que su equipo se iba a dejar ganar por el Oviedo «Llamé a Martin y a otros dos más», declaró ayer el exguardameta al diario 'Dagens Næringsliv'.
Además de técnico del Valerenga, Andresen juega en el Follo de Tercera División, uno de los equipos involucrados en un escándalo de partidos amañados que la Policía noruega está investigando. Las sospechas de posible manipulación de partidos obligaron a suspender el domingo pasado un partido de la segunda categoría entre el Ull/Kisa y el HamKam.
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