
Sobre todo, gracias a su tío, un abonado asiduo al Coliseum, junto al que Joel presenció las principales gestas del Getafe, incluidas las dos finales de Copa. Sin embargo, eso no impide que mañana se proponga una traición a buena parte de su familia. "Tienen que entenderlo, para nosotros los tres puntos son muy valiosos", reconoce ya en clave vallecana. Y es que Joel, pese a su pasado y al futuro que le une al Atlético hasta 2014, piensa como un franjirrojo más. "El gran ambiente del vestuario ha facilitado mi rápida adaptación".
Por eso, no cierra las puertas a una continuidad en Vallecas si en el mes de junio continúa su ostracismo en el Atlético. "Ya sería cosa del club. Si se repite lo de este año habría que tomar decisiones. Pero yo no tengo que demostrar nada a nadie. Sólo tengo que trabajar y seguir mejorando", zanjó.
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