
Inexplicablente el Rayo no comenzó ganando en Anoeta. Nada más empezar el juego, Michu y Diego Costa desperdiciaron dos ocasiones que no suelen perder, ambas tras cesiones estelares de Movilla, de inmejorable inicio de partido. Sin embargo fue el cuadro de Montanier el que abriría la lata. Sobre los seis minutos, Griezmann metió un pase al hueco en banda, galopó Estrada y puso el pase de la muerte para que Agirretxe la cruzara en el primer palo. Muy floja la defensa del Rayo y ventaja para los locales (1-0). Poco después, otro habilitación para el goleador pudo acabar en el segundo, pero Diamanka estuvo providencial y salvó a los suyos. Griezmann la tuvo sobre los 20, pero falló con la cabeza y perdonó la vida a los madrileños.
Los realistas no se conformaban e iban por más. Así pues, consiguieron ampliar distancias cuando al primer tiempo le quedaba un cuarto de hora: centro al área de Estrada, Agirretxe cabeceaba en el segundo palo para hacer una dejada, y Zurutuza llegaba desde atrás para superar a Diamanka en el salto y batir a Joel (2-0). Dos flojas respuestas de la defensa rojiblanca ponían el partido de cara para los vascos, que de esa forma comenzaban a reconciliarse con el público. Y es que nada hace cambiar más de opinión a la gente que las victorias.

La segunda parte sirvió para destrozar definitivamente a los de Sandoval. Griezmann sólo tuvo que proponérselo para romper en la frontal y vencer con clase a Joel (3-0). Antes de los diez llegaría el cuarto: el propio francés jugaba para Carlos Vela en el centro del campo y el mexicano encaró a pura velocidad pese a tener a tres hombres encima. La galopada del ex Arsenal supuso el 4-0 tras plantarse en el área y disparar con zurda. La Real, que coge tres puntos de oro, tuvo piedad de su rival y no llegó a marcar media docena de casualidad. El Rayo puede quedar tocado tras este partido y no es aconsejable: aún no está salvado.
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